sábado, 30 de enero de 2010

Delírium trémens

Para mi lejos, el mejor momento del día son esos diez/quince minutos antes de quedarme dormida. Desde épocas remotas que el ritual es siempre el mismo, con alguna que otra excepción debido a las circunstancias (léase si me encuentro acompañada es poco probable que lleve a cabo el rito). Son fantásticas la cantidad de proezas que protagonizo durante esos minutos previos a dormirme, que en noches de desvelo pueden transformarse en horas. Es más, si acumulara todos esos minutos, que en ocasiones son horas y sacara la cuenta podría afirmar que llevo una especie de vida paralela en la cual mis logros son altamente satisfactorios. En mi niñez solía fantasear con que conocía a Xuxa y me proponía que fuera una de sus paquitas, más adelante Cris Morena me transformaba en una de sus huérfanas, destaco que Roña y Barracuda estaban completamente locos por mi.
Es increíble todo lo que fui haciendo a lo largo de mi otra vida, por dar algunos ejemplos, fui a almorzar a lo de Mirtha Legrand, me gané un Martín Fierro como premio revelación (ojo debería haberme ganado un Oscar pero la realidad es que me cuesta un poco divagar en inglés): “Primero gracias a APTRA por este premio, Adrián Suar y Mario Carnevale por confiar en mi, a todo el elenco de Sin Fortuna*, a toda pero toda la gente atrás de cámara que son tan importantes, vestuario, maquillaje, quiero compartirlo con mis compañeras de terna que de verdad las admiro y bueno dedicárselo a mi familia y amigos que me apoyaron siempre, gracias”. Di más de mil entrevistas, Andrés Calamaro le confesó al mundo que yo fui su musa inspiradora para escribir Paloma, me agarraron in fraganti saliendo de un hotel con personajes como Gael García Bernal (después siempre termino aclarando que somos “solamente amigos” y no digo mucho más porque obvio que de mi vida privada prefiero no hablar), me gané la lotería, fui la única sobreviviente de una catástrofe, di recitales bien roqueros, actué en reconocidos musicales, me gané un premio Nobel y hasta llegué a ser presidenta de la Nación.
En algunas notas conté que la actuación llegó a mi vida de casualidad, que no fue algo planeado, que yo estudiaba derecho, nada que ver viste, pero que un día el hermano de una amiga que es director de cine estaba buscando una mina para un corto y me dijo que yo daba con el perfil y bueno me mandé para hacerle el aguante y después fue una locura porque el corto ganó el primer premio y viajamos a Cannes y bueno ahí me cambió la vida. Y cuando Mariana Fabbiani comenta lo bien que estoy vestida le digo que me puse lo primero que encontré porque ni da explicarle que hace una semana que me duermo antes de empezar la entrevista pensando en lo que voy a tener puesto.
Alrededor de los trece años me obsesioné con el tema video-clips, ahí era como todo más preparado porque antes de meterme en la cama ponía el equipo al lado con el CD de Shakira, antes de cerrar los ojos le daba play y la de clips que me armaba, "Si te vas, si te vas, y me cambias por esa bruja, pedazo de cuero no vuelvas nunca mas que no estare aquí". Ahí andaba yo corriendo por una escalera con el rimmel corrido, con cambios de escenografía, vesturio, siempre las mismas tres canciones, después ya me quedaba frita. Más tarde me copé con el tema novelas, entonces toda las noches inventaba un capitulo diferente, los protagonistas éramos mi en ese momento entrenador de hockey (del cual estuve secretamente enamorada) y yo, casualmente el argumento se basaba en un equipo de hockey y la historia empezaba que yo lo conocía en un boliche justo cuando veía a mi ex con otra, él sin querer me empujaba y me volcaba con una cerveza, me pedía perdón y yo le decía de todo y nos peleábamos y a la semana siguiente me lo presentaban como mi nuevo entrenador asíque al principio nos odiábamos y del odio al amor, novela cliché.
Algunas veces las situaciones tienen un tinte más real, en una ya soy una abogada exitosa y viene a mi estudio algún ex amorío que hace alrededor de diez años que no veo y me encuentro en la disyuntiva de ser profesional o tirar a la mierda todos los papeles del escritorio (es medio obvio lo que decide mi otro yo) y así podría seguir escribiendo eternamente…
Hace unos días en un preboliche un flaco me dice “Contame Machi, ¿que haces aparte de ser abogada? (puuuf si supiera) “No, no mucho más”, contesto.
(Acabo de releer esto y no solo me doy cuenta de lo loca que estoy, sino que ahora me cierra un poco más lo frustrada que me siento en la vida real).
Igual, consejo: no hay que creer todo lo que uno lee.



*Título de novela costumbrista inventado por quien escribe, cuando imagina que es galardonada en el marco de la entrega de los Premios Martín Fierro

martes, 19 de enero de 2010

I feel it in my fingers, I feel it in my toes

Podría avisarle que entre él y yo va pasar algo, podría pero no es mi estilo, en vez de eso, me alejo, se va dar cuenta solo y si no se da cuenta, bueno si no se da cuenta, entonces es demasiado tonto para mi gusto...

viernes, 15 de enero de 2010

Y si sufro que no se note

-Avísame si quema
(Como no va a quemar boluda no ves que hasta sale humo de eso)
- ¿Quema?
- No, no esta perfecto
- Bueno, ahí vamos…
(Ay puta madre no tires de a poco, sácalo de una, rápido, dale me duele mierda)
- ¿Duele?
- No, no para nada

lunes, 11 de enero de 2010

Game over

Corté el teléfono y me quedé azorada porque cuando mi amiga aprovechó el chisme que tenía de él para criticármelo, no sentí esa necesidad crónica de defenestrarlo al unísono, es más en un punto hasta lo defendí… “Plis decime si no es un boludo, nos había visto y no nos saludó y después va y le cuenta al amigo que nos vio, re nabo o no?” Y la verdad es que no me pareció tan nabo, yo había actuado igual, lo había visto y me había hecho la boluda como él y le había contado a mis amigas, con la diferencia de que mi amiga cuando se encontró con su amigo no le confesó que yo los había visto también. Pero cuando corté no me quedé pensando en eso, sino que me quedé atónita con mi reacción, había sido objetiva, por primera vez en mucho tiempo había logrado separar la necedad post-abandono de la realidad y eso sin dudas tenía que significar algo. Porque hay una etapa en que todo lo que hace la persona, que en mayor o menor medida te rompió el corazón, esta mal y una tiene la urgencia de hacerlo notar. Como si ese poder maquiavélico de hundirlo nos alivianara un poco la pérdida, nos convenciera lentamente de que el susodicho no vale la pena, entonces una disfruta de amonestarlo y ese regocijo se transforma en una medicina vital. En esos momentos de duelo sentimental, cuando fielmente una amiga, (que ya está algo harta de hablar del tema pero que sabe lo que para vos significa) te da el pie para una buena dosis de hagámoslo mierda por un rato, bueno digamos que ahí se produce una suerte de éxtasis absoluto. Sorprendentemente, esta vez fue diferente, no sentí bronca, no sentí ganas de aniquilarlo, no sentí nada y a la vez me sentí mucho mejor que hace meses. Es un período que inevitablemente una transita pero que afortunadamente de pronto desaparece. Entonces, cuando ya no te es preciso criticarlo gratuitamente, cuando ya va dejando de ser común escuchar su nombre y más aún cuando casualmente te lo encontrás en una fiesta y le das un abrazo sincero y lo ves lindo pero no lo suficientemente como para caer en su juego, cuando pasa eso, una puede estar segura que finalmente esa etapa se la llevó el viento y a lo Scarlett O’ Hara una puede irse a dormir tranquila sabiendo que después de todo mañana será otro día.

miércoles, 6 de enero de 2010

Tus labios de rubí de rojo carmesi

- ¿Te enteraste machi?, se murio Sandro
- Uh vieja, pobre pero bueno...
- No machi pero para mi es tremendo porque sshhho fui una de sus nneeennaaas