Auto convenciéndote que esta vez no te va a pasar, te vestís con tu mejor disfraz a la espera de ese momento tan querido y temido al mismo tiempo. Una mezcla de adrenalina y pánico recorren todo tu cuerpo. Es como si eligieses quedarte en un ensayo general permanente. Te enojas por tu debilidad, necesitas del aplauso antes de dar tu performance. ¡Qué idea más ridícula!, pensás. Es que para vos nunca fue fácil salir a escena, sobretodo cuando a un paso del bastidor es la vida lo que te espera.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario